Meditar nos hace libres

Este pequeño párrafo llamó mi atención durante la lectura de la Saga de Harry Potter. Cuando lo leí, pensé: esto es exactamente el mal de nuestros tiempos. Y, efectivamente, la mente es la primera cárcel de la que hay que salir. Tanta gente atrapada que desconoce que la llave de la liberación la tiene a su alcance; tantos que viven inconscientes sin conocer sus propios muros, "sin palpar sus barrotes", encerrados en sus propias limitaciones auto-impuestas, señalando fuera a los culpables de sus problemas... Si supieran que en realidad todo sucede dentro. Si conocieran el poder liberador de la meditación, capaz de modificar la percepción sobre las cosas que suceden, capaz de cambiar la relación que tenemos con las cosas que pasan a nuestro alrededor, ¿quién no la practicaría?
Algunos de nosotros, cuando empezó este confinamiento (yo prefiero llamarlo retiro), ya estábamos en un lugar (más bien en un no-lugar) en el que nos sentíamos cómodos, una casa interior, un reducto de paz al que poder volver siempre y encontrar calma. Ya estábamos en casa cuando nos dijeron "quédate en casa". Tal vez de esta manera está siendo más fácil y llevadero este "convivir con uno mismo". Para otros, igual había pasado mucho tiempo desde que no se "prestaban atención". Para ellos tal vez está siendo un proceso más doloroso, porque en el momento en el que empiezas a prestarte atención también encuentras cosas que no quieres ver, zonas oscuras en las que no querías entrar. El camino hacia uno mismo no siempre es fácil. Pero sin duda, para unos y otros, es un tiempo de oro, una oportunidad: es revelador, transformador y, porqué no, positivo.
En la cárcel de Azkaban los presos no pueden huir porque cada uno está encerrado en su propia cárcel mental, incapaces de tener pensamientos positivos. Los guardianes tienen la misión de absorber cualquier atisbo de alegría o pensamiento positivo para que nadie pueda escapar. Si consiguieran sentir alegría, escaparían.
La cárcel de Azkaban es una metáfora de vida. Salir de la propia cárcel mental es la base de todo trabajo personal; dejar de estar identificado con el ego dominante es el principio de todo proceso de transformación. Y ahora las buenas noticias: la llave para salir está al alcance de todos, está en ti, no tienes que ir a ningún sitio para conocerte y aceptarte, y, así, vivir libre.
El yoga empieza en la meditación, es la base, pero también es su finalidad y su camino. Es la llave para poder liberar al Ser. No puede haber yoga sin meditación, no se pueden concebir ni practicar por separado. Toda postura de yoga (asana) tiene como finalidad meditar en ella, o en la secuencia o en el movimiento o en el mantenimiento de la misma, dependiendo del estilo. Estar presente es el objetivo. Cuando tienes una práctica de meditación continua, los resultados aparecen en tu día a día, la magia sucede porque has creado espacio para que así sea.
La meditación es lo más parecido a la magia. Para sentarse a meditar sólo es necesario querer sentarse a meditar. La meditación, como práctica de la espera, te enseña que en realidad no debes "esperar" nada. Sólo cuando se posibilita ese espacio, sólo cuando se comprende que no hay que buscar fuera lo que crees que te falta dentro, entonces sucede todo.
¿Empezamos?